En tres horas realizaremos las Primeras Comuniones de 25 estudiantes del Colegio Abraham Maslow. En el Programa tengo mi intervención como último punto y estoy preparando mis "palabras finales". Los estudiantes llevan 8 meses de Preparación con nuestra Catequista Maritza Parra, y en este momento deben sentir el nerviosismo del evento inminente.
Me sorprendo estar algo nervioso por la responsabilidad que tengo frente a Dios, y frente a los niños y niñas. Por mi formación pedagógica conozco que estos momentos serán de alta recordación en las familias.
Estos momentos tan sagrados, tan cerca de la Divinidad, me hacen pensar que es importante en la vida "SENTIR LA COMPLACENCIA DIVINA". Me explico: Personalmente quiero que toda mi vida sea en el fondo una gran alabanza a Dios y que nuestro Padre Celestial se sienta de alguna manera orgulloso de mi. Es la misma importancia que tiene sentir que MIS PADRES se sientan orgullosos de mí y nunca ofenderlos o avergonzarlos. Y aunque estén lejos, saben de quien soy, que hago, que siento, me dan consejos, nunca me abandonan y me dan su bendición.
Personalmente quiero ofrecerle a Dios este día maravilloso, y haber fundado el Colegio Abraham Maslow para tener el honor de presentarle a nuestros estudiantes que harán hoy su Primera Comunión y poder decirles lo importante que será Dios en sus vidas y que cuiden siempre LA COMPLACENCIA DIVINA en todo lo que hagan.
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